Hola zagales/as, vuelvo después de mi post de friki con uno más celestial. Y es que aunque yo no soy creyente, hay ciertas cosas que sólo pueden estar hechas por un ser superior y divino de infinita sabiduría y, sobre todo, de un gusto exquisito.
Con todo esto me estoy refiriendo a una de las mayores maravillas culinarias del mundo de las galletas que he probado en mi vida: las galletitas Hello Panda! Son sencillamente sublimes, maravillosas y adictivas como pocas. Es como coger una galleta Príncipe de chocolate y hacerla un burruñito, una bolita, así de simple y así de complicado. Para mí, son como cagarrutillas del Dios de las galletas (como una cagarrutilla de conejo, pero en modo comestible y galletoso). Se pueden comer a pelo (peligro: enganchan casi más que las pipas) o con leche o colacao (igual de peligroso). Y no os digo na de cómo sientan estas delicias después de una noche de cachondeo (no veas como quitan el hambre y la gusa típica de las borracheras).
Pues hoy mismo he recibido dos cajas de Hello Panda que me han hecho extremandamente feliz (y posiblemente me harán extremandamente más gordo de lo que estoy).Dedico este post a las personas que han hecho posible que yo haya descubierto y puedo comer Hello Panda, que son: el padre de Elisa (lo siento, no sé tu nombre, pero creo que te quiero más que tu hija ahora mismo), Elisa misma (gracias por traerlas hasta mí) y los creadores de las Hello Panda (no sé si sois personas o Dioses, pero os lo agradezco igual). Besotes de cachalote para todos!!!!